El problema de la aparición de
humedades es una de las principales patologías que encontramos en la
rehabilitación de edificios. Uno de los tipos de humedades más frecuentes son
las humedades de condensación.
Las humedades de condensación se producen porque el vapor de agua del aire del
interior del edificio o vivienda entra en contacto con una superficie fría
(paredes sin aislamiento o mal aisladas, ventanas, etc), zonas poco ventiladas
o sin ningún tipo de calefacción, etc. y este vapor se convierte en agua.
Debido a esto aparecen manchas de
humedad, en forma de hongos y moho. Además del problema estético que supone se
crea un grave riesgo de alteración de la salud de los habitantes de la
vivienda, sobre todo bebés y ancianos, pudiendo provocar episodios de alergia y
asma.
- Falta de ventilación “adecuada”. A veces las ventilaciones puntuales de aire frío no son suficientes ni eficaces. Es necesario recurrir a un sistema de ventilación mecánica por impulsión (las llamadas CTA centrales de tratamiento de aire).
- Falta de calefacción o mala utilización, por exceso de uso (algunos combustibles como el butano generan mucho vapor de agua en la combustión, una distribución inapropiada del calor o simplemente que la caldera esté colocada en un lugar incorrecto (habitaciones poco ventiladas o que el aire quemado se introduzca hacia el interior de la vivienda).
- Falta de aislamiento. Esto genera puntos fríos que es donde se produce la condensación. Puede darse en paredes de fachada (en algunos casos, debido a una mala construcción, pilares y vigas no tienen aislamiento y permanecen más fríos que el resto de superficies) o también en ventanas cuyos cristales no tienen la suficiente cámara de aire o marcos sin rotura de puente térmico.
Para solucionar las humedades de
condensación la mejor solución es un sistema de ventilación mecánica por
impulsión (también llamada CTA, central de tratamiento de aire).
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